La mayoría de los procesos de consultoría se concentran en el qué hemos hecho mal, qué debemos hacer para vender más, qué hizo la competencia, entre otros fines.
Haciendo esto, obviamos la forma en que conducimos nuestros planes; nos olvidamos del cómo, y es ahí en donde yace la verdadera fortaleza o debilidad de nuestros organizaciones.
Al fin de cuentas, muchos hacen igual o similares productos, pero no de la misma manera.